-
Arquitectos: Behark
- Área: 1200 m²
- Año: 2016
-
Fotografías:Pedro Pegenaute
-
Proveedores: Anolac, Baumit, Cortizo, JUNG, Nemetschek, ROCKWOOL
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en un promontorio frente a la ría del Bilbao, en la ribera del barrio de Olabeaga, muy cerca del centro de Bilbao, el viejo edificio de Dique 2A fue en su origen un caserío de dos plantas al que se le añadieron posteriormente tres más a fin de convertirlo en un edificio de vivienda colectiva. Las viviendas, de reducidas dimensiones, se articulaban en torno a una pequeña escalera compensada central dificultando la accesibilidad a las mismas, un problema que se veía agravado por la ubicación del edificio en una parcela privada de gran desnivel, con una gran diferencia de cota respecto a la vía pública. Además las viviendas carecían de aislamiento térmico o calefacción. Esta situación, unido a la edad de varios propietarios, hacía recomendable la rehabilitación eficiente de la edificación, para lo cual se elaboró un plan que fue presentado a diversas administraciones públicas a fin de obtener las ayudas que pudiesen hacerlo viable.
El proyecto plantea la construcción de una nueva crujía paralela a la fachada norte. Este elemento, que conforma una nueva fachada a la ría, es fundamental como parte de una estrategia de solución de las dispares problemáticas que afectan a la edificación. Así, resuelve la accesibilidad de la misma, mejora las condiciones de habitabilidad de las viviendas, añadiendo un nuevo espacio exterior, sirve de refuerzo y arriostramiento de la estructura de muros de carga y entramado de madera que sustenta el edificio y de soporte para las nuevas placas solares, sin añadir nuevas cargas a la estructura existente.
Se trata de una estructura de perfiles de acero que soportan una escalera de comunicación vertical exterior, ubicada en la zona central de la fachada norte. Esta escalera, de generosas dimensiones, se desarrolla en tres tramos alrededor de un nuevo ascensor, adaptado a la normativa de accesibilidad y que, por su ubicación, permite resolver la accesibilidad del edificio y de su entorno mediante un único elevador. Esta condición resulta fundamental, por la gran diferencia de cota entre la vía pública y la planta de acceso a la edificación.
La nueva propuesta plantea la ejecución de un semisótano que da acceso a un ascensor situado en la cota actual de la calle. Este ascensor de doble embarque permite acceder en las plantas superiores a las viviendas desde un espacio cerrado y protegido de las inclemencias meteorológicas. La situación central del núcleo de comunicaciones, permite mantener las importantes vistas de las viviendas, algo fundamental para los promotores de la rehabilitación, pero plantea la necesidad de evitar que la intervención se perciba como un añadido inconexo y pobremente relacionado con la edificación existente.
Para evitar esta circunstancia se plantean, en cada planta y a ambos lados del núcleo de comunicación vertical, sendas terrazas livianas de pavimento de madera que permiten componer la fachada de forma coherente y unitaria, integrándola sin estridencias en el volumen de la edificación. Estas terrazas, protegidas mediante celosías correderas de lamas, aportan espacio exterior a unas viviendas muy necesitadas del mismo. Una gran cubierta sirve para unificar el conjunto relacionándolo con las arquitecturas circundantes y dotando a la edificación de una imagen característica tanto en su frente hacia la ría, como en sus alzados laterales, gracias a su singular geometría a tres aguas.
La comunicación del nuevo núcleo de comunicación vertical y las viviendas existentes se articula mediante unas pasarelas resueltas de manera análoga a la crujía exterior, que se introducen en el interior de la edificación existente.
La intervención de rehabilitación se completa mediante una actuación en la envolvente de la edificación mediante sistemas de aislamiento exterior, que permite mejorar sensiblemente su eficiencia energética, mejorando su comportamiento higrotérmico, y solucionando patologías relacionadas con la edad de la edificación y la ausencia de intervenciones de rehabilitación adecuadas.
Las fachadas laterales se revisten mediante una piel de chapa de aluminio minionda con juntas verticales y horizontales que se alternan y contribuyen a crear una composición sutil que, a modo de contenedores marítimos apilados, nos retrotrae al pasado industrial de la ría de Bilbao. Estas nuevas pieles se relacionan compositivamente con la nueva fachada principal. La intervención, y en especial la nueva edificación, no se percibe como un elemento servidor, sino que articula compositivamente una nueva fachada a la ría, integrándola en el frente fluvial de forma respetuosa con las características imperantes en el área de Olabeaga.
La exigente y difícil intervención de transformación llevada a cabo en un emplazamiento con habitantes, nos ofrece la oportunidad de demostrar la pertinencia de las estrategias y políticas de ayuda y fomento de la rehabilitación para la adecuación del parque edificatorio existente a las necesidades actuales. El edificio ha sido finalista de los premios trienales del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro.